Reforma
La llegada de Cristiano Ronaldo al Al‑Nassr de Arabia Saudita en diciembre de 2022 abrió un nuevo capítulo en su carrera, lleno de goles, récords personales y objetivos ambiciosos entre ellos alcanzar los 1000 tantos, pero también de interrogantes: ¿qué tan importante es para él conquistar títulos en esta etapa?
Desde su llegada, brilló en lo individual: por ejemplo, en la temporada 2023-24 estableció un nuevo récord en la liga saudí al marcar 35 goles en solo 31 partidos. Pero en lo colectivo las cosas no han sido tan exitosas. Al-Nassr con Ronaldo ha acumulado varias finales perdidas y al menos trece torneos oficiales sin título durante su estancia. De hecho, la única copa que figura con él en el club es la Arab Club Champions Cup 2023, que no está reconocida como competición oficial por la FIFA.
Este escenario plantea una pregunta clave: ¿está Ronaldo menos preocupado por títulos y más enfocado en batir su propio récord goleador? Al optar por jugar en Arabia Saudita, donde el nivel competitivo y la regularidad de las grandes competiciones europeas son distintos, parece haber cambiado las prioridades. Lograr los 1000 goles, un récord que ningún otro futbolista ha alcanzado, parece estar al frente de sus objetivos actuales.
Pero también se puede argumentar que un jugador con su perfil nunca renunciaria por completo a ganar; más bien hay un desajuste entre sus expectativas y la realidad que vive en el club saudí. Su magnífica cifra goleadora se ve como un triunfo personal, pero la falta de títulos colectivos genera tensiones: ¿qué valor tiene marcar goles si el equipo no logra levantar copas significativas?
Parece que Cristiano no ha dejado de luchar por ganar, pero ha encontrado un propósito alternativo o paralelo: romper barreras individuales. Si bien el anhelo de levantar trofeos importantes sigue latente, la urgencia parece desplazarse hacia el legado personal. Y en esa batalla, los goles, no las copas, son hoy su obsesión principal.
Desde su llegada, brilló en lo individual: por ejemplo, en la temporada 2023-24 estableció un nuevo récord en la liga saudí al marcar 35 goles en solo 31 partidos. Pero en lo colectivo las cosas no han sido tan exitosas. Al-Nassr con Ronaldo ha acumulado varias finales perdidas y al menos trece torneos oficiales sin título durante su estancia. De hecho, la única copa que figura con él en el club es la Arab Club Champions Cup 2023, que no está reconocida como competición oficial por la FIFA.
Este escenario plantea una pregunta clave: ¿está Ronaldo menos preocupado por títulos y más enfocado en batir su propio récord goleador? Al optar por jugar en Arabia Saudita, donde el nivel competitivo y la regularidad de las grandes competiciones europeas son distintos, parece haber cambiado las prioridades. Lograr los 1000 goles, un récord que ningún otro futbolista ha alcanzado, parece estar al frente de sus objetivos actuales.
Pero también se puede argumentar que un jugador con su perfil nunca renunciaria por completo a ganar; más bien hay un desajuste entre sus expectativas y la realidad que vive en el club saudí. Su magnífica cifra goleadora se ve como un triunfo personal, pero la falta de títulos colectivos genera tensiones: ¿qué valor tiene marcar goles si el equipo no logra levantar copas significativas?
Parece que Cristiano no ha dejado de luchar por ganar, pero ha encontrado un propósito alternativo o paralelo: romper barreras individuales. Si bien el anhelo de levantar trofeos importantes sigue latente, la urgencia parece desplazarse hacia el legado personal. Y en esa batalla, los goles, no las copas, son hoy su obsesión principal.
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