Fotografía: Agencia Reforma
Óscar Noé Medina González, alias "El Panu", ejecutado la noche del domingo en un restaurante de la Zona Rosa, era de uno de los hombres más cercanos de Los Chapitos, pieza clave en su aparato de seguridad y participante directo del Culiacanazo de octubre de 2019, de acuerdo con expedientes federales.
Medina González fue asesinado dentro del restaurante Luaú, en la Colonia Juárez, cuando un sicario ingresó al lugar y le disparó en más de 10 ocasiones antes de huir en motocicleta.
Inicialmente, fue identificado con un nombre falso, pero fuentes oficiales confirmaron que se trataba de "El Panu", personaje ligado directamente a la facción de Los Chapitos del Cártel de Sinaloa y buscado por Estados Unidos, país que ofrecía una recompensa de hasta 4 millones de dólares por información para su captura.
De acuerdo con investigaciones federales, "El Panu" formaba parte del núcleo de confianza de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán, y respondía directamente a las decisiones del grupo que encabezaba Iván Archivaldo Guzmán Salazar.
En documentos judiciales de Estados Unidos, Medina González aparece como responsable del aparato de seguridad tras la caída de Néstor Isidro Pérez Salas, "El Nini", el principal jefe de sicarios de Los Chapitos.
Ese rol lo colocó en el centro de los hechos violentos del Culiacanazo, cuando en octubre de 2019, tras la detención de Ovidio Guzmán, células armadas del cártel desplegaron un ejército de sicarios, con bloqueos, incendios y ataques coordinados contra fuerzas federales para obligar al Gobierno a liberar al hijo de "El Chapo".
Fuentes militares refieren que la estructura de seguridad en la que operaba "El Panu" fue determinante para el cerco armado que paralizó a Culiacán.
La cercanía de Medina González con el círculo de Ovidio no era reciente.
Tras la captura de "El Nini" en noviembre de 2023 y su posterior proceso de extradición a Estados Unidos, "El Panu" quedó señalado como uno de los relevos naturales en el control del sicariato y la seguridad del clan.
En ese mismo esquema también figuraban otros mandos como Jorge Humberto Figueroa Benítez, "El 27", y Óscar Noé Medina González, quienes eran descritos en expedientes estadounidenses como expertos en "levantones", tortura y ejecuciones de grupos rivales.
En junio de este año, autoridades federales vincularon a "El Panu" con un túnel de más de 400 metros localizado en una zona residencial de Culiacán, así como con un arsenal de armas de alto poder, incluidos lanzagranadas y fusiles calibre .50.
Ese hallazgo fue interpretado como parte de la infraestructura de seguridad diseñada para proteger a Iván Archivaldo y a Ovidio Guzmán, en medio de la guerra interna contra Los Mayitos.
Para las autoridades de Estados Unidos, Medina González no sólo era un operador armado, sino un engranaje central del modelo de control territorial y violento que permitió a Los Chapitos sostener su dominio tras la captura de Joaquín Guzmán.
(Con información de Agencia Reforma)
Medina González fue asesinado dentro del restaurante Luaú, en la Colonia Juárez, cuando un sicario ingresó al lugar y le disparó en más de 10 ocasiones antes de huir en motocicleta.
Inicialmente, fue identificado con un nombre falso, pero fuentes oficiales confirmaron que se trataba de "El Panu", personaje ligado directamente a la facción de Los Chapitos del Cártel de Sinaloa y buscado por Estados Unidos, país que ofrecía una recompensa de hasta 4 millones de dólares por información para su captura.
De acuerdo con investigaciones federales, "El Panu" formaba parte del núcleo de confianza de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán, y respondía directamente a las decisiones del grupo que encabezaba Iván Archivaldo Guzmán Salazar.
En documentos judiciales de Estados Unidos, Medina González aparece como responsable del aparato de seguridad tras la caída de Néstor Isidro Pérez Salas, "El Nini", el principal jefe de sicarios de Los Chapitos.
Ese rol lo colocó en el centro de los hechos violentos del Culiacanazo, cuando en octubre de 2019, tras la detención de Ovidio Guzmán, células armadas del cártel desplegaron un ejército de sicarios, con bloqueos, incendios y ataques coordinados contra fuerzas federales para obligar al Gobierno a liberar al hijo de "El Chapo".
Fuentes militares refieren que la estructura de seguridad en la que operaba "El Panu" fue determinante para el cerco armado que paralizó a Culiacán.
La cercanía de Medina González con el círculo de Ovidio no era reciente.
Tras la captura de "El Nini" en noviembre de 2023 y su posterior proceso de extradición a Estados Unidos, "El Panu" quedó señalado como uno de los relevos naturales en el control del sicariato y la seguridad del clan.
En ese mismo esquema también figuraban otros mandos como Jorge Humberto Figueroa Benítez, "El 27", y Óscar Noé Medina González, quienes eran descritos en expedientes estadounidenses como expertos en "levantones", tortura y ejecuciones de grupos rivales.
En junio de este año, autoridades federales vincularon a "El Panu" con un túnel de más de 400 metros localizado en una zona residencial de Culiacán, así como con un arsenal de armas de alto poder, incluidos lanzagranadas y fusiles calibre .50.
Ese hallazgo fue interpretado como parte de la infraestructura de seguridad diseñada para proteger a Iván Archivaldo y a Ovidio Guzmán, en medio de la guerra interna contra Los Mayitos.
Para las autoridades de Estados Unidos, Medina González no sólo era un operador armado, sino un engranaje central del modelo de control territorial y violento que permitió a Los Chapitos sostener su dominio tras la captura de Joaquín Guzmán.
(Con información de Agencia Reforma)
