Un nuevo escándalo sacude la televisión estadounidense y aviva el debate sobre la libertad de expresión. Jimmy Kimmel, uno de los conductores más influyentes de los "late shows" nocturnos, junto a figuras como Jimmy Fallon y Stephen Colbert, enfrenta una suspensión indefinida de su programa. La medida genera una profunda preocupación en círculos periodísticos.
La controversia surgió a raíz de unos comentarios que Kimmel hizo en su programa sobre las investigaciones del asesinato de Charlie Kirk. Aunque estos programas suelen incluir humor, este chiste en particular no le gustó a mucha gente. En referencia al funeral de Charlie Kirk, Kimmel expresó "Así no es como un adulto llora la muerte de alguien a quien considera amigo . Así es como un niño de cuatro años llora la muerte de un pez dorado"
Brendan Carr, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), la entidad que regula los medios electrónicos y otorga licencias, tomó cartas en el asunto. Carr le escribió a la cadena ABC, indicando que "Esto no me parece" y que Kimmel "tiene que salir de la cadena". La amenaza, que el presidente Trump aplaudió desde Londres, surtió efecto.
Brendan Carr, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), la entidad que regula los medios electrónicos y otorga licencias, tomó cartas en el asunto. Carr le escribió a la cadena ABC, indicando que "Esto no me parece" y que Kimmel "tiene que salir de la cadena". La amenaza, que el presidente Trump aplaudió desde Londres, surtió efecto.
Esta situación no es un incidente aislado. El presidente ya había tenido problemas con ABC, además de otras demandas con medios de comunicación. La interferencia directa de un funcionario de la FCC para silenciar voces, diciendo 'esto no me gustó, quítenlo de ahí'", resulta particularmente alarmante. La Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos garantiza la libertad de expresión para todos en Estados Unidos.
Existe una gran preocupación de que esta situación, que podría haber llevado a una demanda constitucional, termine redefiniendo el concepto de libertad de palabra en la Corte Suprema. Diversas voces expresan preocupación, pues estos acontecimientos se perciben como un estilo de imponer la voluntad presidencial sobre la prensa.