El asesinato de una mujer después del funeral del futbolista ecuatoriano Mario Pineida reavivó la preocupación por la violencia que rodea al deporte y a la vida pública en Ecuador. El ataque ocurrió el 19 de diciembre en Guayaquil, poco después de que Karen Grunauer Franco, de 39 años, saliera del camposanto tras despedir al exjugador de Barcelona SC.
De acuerdo con información policial, Grunauer viajaba en un automóvil junto a un acompañante por la avenida 19 de Agosto, en la parroquia La Aurora, cuando otro vehículo les cerró el paso. Sujetos armados dispararon en repetidas ocasiones. La mujer murió en el lugar, mientras que el conductor resultó herido y logró trasladarse por sus propios medios a una estación policial. Posteriormente fue llevado a un hospital, donde se reporta estable.
Las autoridades confirmaron que se trató de un ataque directo, aunque hasta ahora no existen elementos que vinculen este crimen con el asesinato de Pineida. El exfutbolista fue abatido días antes junto a su pareja, Guisella Fernández Ramírez, mientras realizaban compras para la cena navideña. Por ese caso, dos personas permanecen en prisión preventiva.
La cercanía entre ambos hechos y el contexto han generado especulación, pero los investigadores mantienen abiertas líneas de indagación independientes. En el caso de Grunauer, la policía señaló que no contaba con antecedentes penales. Sin embargo, analizan denuncias previas por amenazas y extorsión que podrían aportar indicios sobre el móvil.
El asesinato de la mujer, quien tenía presencia en redes sociales y dejó hijos menores, profundiza la sensación de inseguridad en el país. El caso refleja la complejidad que enfrentan las autoridades para esclarecer hechos de violencia armada en un entorno marcado por ataques selectivos y ajustes de cuentas, mientras continúan las investigaciones para determinar responsabilidades y descartar posibles conexiones.
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