Donald Trump reveló desde Mar-a-Lago un ambicioso proyecto naval: la creación de una "flota dorada" para Estados Unidos. Acompañado por el secretario de guerra Pete Hegseth y Marco Rubio, anunció la fabricación inmediata de dos buques de nueva era que portarán su nombre. Según el líder republicano, estos buques resultarán 100 veces más poderosos que los modelos actuales.
La iniciativa militar contempla integrar tecnología láser y lanzadores de misiles en embarcaciones con apariencia de crucero. Tras las unidades iniciales, el gobierno planea sumar hasta 25 navíos adicionales para consolidar su hegemonía marítima. Trump critica el estado actual de la Marina y sostiene que las naves "deben ser un símbolo del poderío militar de Estados Unidos".
Este despliegue coincide con un clima de hostilidad hacia Venezuela. Washington acusa a lanchas en el Caribe de narcotráfico y recientemente confiscó crudo de diversos cargueros. En plena campaña de presión contra el régimen de Nicolás Maduro, el neoyorquino afirmó que "sería inteligente que el presidente venezolano dejara el poder".
El plan también incluye fines simbólicos y festivos. El magnate prepara un desfile inédito para el Día de la Bandera en junio, fecha de su natalicio. Además, los activos protagonizarán las celebraciones por los 250 años de independencia en 2026. Con esta inversión masiva, la administración busca exaltar la fuerza de la nación que más recursos destina a su defensa a nivel global.