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¿Gilberto Mora ya llamaba la atención de la Liga MX con cinco años de edad?

México Sub-20 se enfrenta a Argentina por un puesto en semifinales del Mundial juvenil, una prueba de fuego para quienes creen que los sueños del Tri apenas comienzan. Es inevitable pensar en historias que revientan esquemas, como la de la joya Gilberto Mora, nacido en Tuxtla Gutiérrez el 14 de octubre de 2008, y apodado el “Bombero” desde que con apenas cinco años encendía los entretiempos de los partidos de Jaguares de Chiapas con regates y goles que parecían salidos de fantasía.  

Gilberto creció bajo el ojo curioso de quienes transitaban por el Estadio Víctor Manuel Reyna, la academia del club permitía que niños disputaran partidos en el medio tiempo, con dimensiones adaptadas para ellos, pero incluso ahí Gil jugaba con rivales mayores y fascinaba con su gimnasio interior, ese talento natural que escapaba a su corta edad. Su padre, también llamado Gilberto Mora, fue jugador de Jaguares y dirigió parte de esos proyectos infantiles. Con esa escuela arraigada, “Gilito” dio los primeros pasos entre aplausos anticipados.

El paso del tiempo no apagó el brillo. En Tijuana creció, afinó su perfil, asumió roles mayores en las juveniles y en 2024 debutó en Liga MX con apenas 15 años, sorprendiendo por su temple y su gol. Su repertorio no es explosión sin sustancia, sabe jugar, encarar, asociarse, y también definir; en el Mundial Sub-20 ha dejado huella con goles importantes y sobre todo está llamando la atención en todo el mundo.

Hoy, cuando México juega frente a Argentina, no es solo un partido más, es una escena donde la historia del niño del entretiempo cobra sentido. Ese “Bombero” que encendía pasillos, que desbordaba entre bromas y futbol chico, ahora ilumina estadios internacionales. Y aunque aún le reste recorrer kilómetros, ya ha demostrado que la semilla bien plantada puede florecer frente a potencias. En ese choque ante Argentina saldrá a escena no solo un jugador destacado, sino una historia que recuerda que los prodigios también romanticen en la memoria de un estadio.