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Nostalgia nocturna: la ocasión en que un club de la Liga MX fue reconocido como el mejor del mundo

Hace exactamente veintitrés años, en abril de 2002, Monarcas Morelia protagonizó una de esas páginas inolvidables del futbol mexicano: fue elegido por la IFFHS como el mejor club del mundo, un logro tan sorprendente como merecido. Rubén Omar Romano encontró un equilibrio perfecto. Sumaba buenos resultados en la liga, llegaba con paso firme a la Copa Libertadores, combinaba juventud con experiencia con José María Buljubasich, Darío Franco, Jorge Almirón, Heriberto Ramón Morales, José Antonio Noriega, Carlos Adrián Morales, Alex Fernández y además exhibía un estilo que convencía, con contundencia defensiva y ofensiva eficiente.  

Morelia no solo brilló en los números del torneo sudamericano, terminó líder en su grupo, dejó atrás a Nacional de Uruguay, Vélez Sarsfield y Sporting Cristal, sino que ganó partidos con autoridad, goleó, sufrió y rotó bien el plantel cuando era necesario. Fue precisamente ese trabajo colectivo, ese buen momento de resultados y confianza, lo que le otorgó la fuerza para trascender más allá del ámbito regional.  

Hoy, al mirar si algo parecido podría volver a pasar con un equipo de la Liga MX, es inevitable reconocer que es imposible. La globalización del futbol, las inversiones, los calendarios saturados y la competencia internacional hacen que destacar a nivel mundial esté fuera toda lógica. Ser el mejor equipo del mundo según la IFFHS exige no solo una buena racha, sino mantener rendimiento sobresaliente en torneos locales, regionales e internacionales, algo que los clubes mexicanos han hecho algunas veces, pero nunca con tanta conjunción de factores como en 2002.

Además, el ranking actual de la IFFHS muestra que ningún club de la Liga MX aparece entre los primeros cien. Tigres, León, Monterrey y América tienen presencia importante, pero lejos de alcanzar picos globales. Para que un equipo mexicano aspire hoy a algo similar necesitaría una mezcla de proyecto serio y de largo plazo, respaldo financiero, estructura que permita competir internacionalmente con plantilla profunda, mentalidad ganadora y suerte en los emparejamientos.

Morelia ya lo hizo: fue una hazaña histórica. Replicar algo así requiere hoy conjurar muchos elementos al mismo tiempo. Y hasta ahora, parece que ninguno de los contendientes mexicanos los ha logrado reunir para ser acaso, otro Morelia de nuestros días.