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En Cuautitlán, a una hora de la capital, la elaboración de estrellas navideñas enfrenta una encrucijada. Los creadores locales, lidian con materias primas costosas que amenazan su oficio de generaciones. La digitalización informativa redujo drásticamente la disponibilidad de insumos básicos: "ya no producen mucho periódico... lo que ha aumentado que se escasee". Debido a este fenómeno, el precio del papel saltó de tres a 18 pesos.
La competencia extranjera agrava el panorama productivo. Mercancía plástica proveniente de Asia invade los puestos con luces integradas. Las "piñatas chinas" cuestan 65 pesos y resulta reutilizable al no romperse, mientras las obras manuales de cartón superan los 90 pesos. Según los testimonios, el sentido religioso original se desvirtúa, facilitando la adopción de artículos sintéticos de bajo costo. Asimismo, el cambio climático dificulta el resguardo de las piezas debido a tormentas inesperadas que exigen mayor espacio de almacenamiento.
"Nosotros valoramos muchísimo más eso el trabajo de nuestra gente", afirman los compradores que prefieren lo auténtico. Aunque los materiales muden del barro al papel por seguridad, el alma de las posadas reside en el esmero nacional. La identidad mexicana resiste frente al avance del plástico importado.
"Nosotros valoramos muchísimo más eso el trabajo de nuestra gente", afirman los compradores que prefieren lo auténtico. Aunque los materiales muden del barro al papel por seguridad, el alma de las posadas reside en el esmero nacional. La identidad mexicana resiste frente al avance del plástico importado.
