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Entre “Cuerno Azulado” y humo verde: la noche en que Natanael Cano encendió el Flow Fest

La noche del 24 de noviembre, el Autódromo Hermanos Rodríguez vibró al ritmo del Flow Fest 2025, y entre luces, gritos y teléfonos en alto, apareció Natanael Cano. 

El cantante de corridos tumbados llegó al escenario con la seguridad que lo caracteriza; en una mano, el micrófono; en la otra, un cigarro de marihuana. Desde ese primer instante, quedó claro que su presentación no pasaría desapercibida.

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Y también que, tarde o temprano, interpretaría “Cuerno azulado”, canción que ha sido motivo de sanciones y controversias en distintos estados del país.

En 2024, el gobierno de Chihuahua multó al cantante con aproximadamente 1 millón de pesos por interpretar canciones consideradas “apología del delito”.
 
En la Feria de San Marcos 2025, en Aguascalientes, Natanael Cano aseguró que no interpretaría corridos debido a la prohibición estatal. Sin embargo, al final los cantó y le apagaron el sonido a mitad del show. 

En el Flow Fest, Cano abrió su show con varios covers románticos, pero ni el tono suave ni las luces cálidas lograron ocultar el humo que lo acompañaría desde el primer acorde. 

Con el paso de las canciones, el ambiente cambió: el cantante comenzó a adentrarse en los corridos que hacen referencia al Cártel de Sinaloa, mientras alternaba caladas y tragos de alcohol.

El público estaba ansioso y la expectativa crecía. Entre cada pausa se escuchaban los gritos de cientos de asistentes: “¡Cuerno, cuerno!”. Otros murmuraban entre ellos: “No la va a cantar”, “¿Crees que la cante?”. 

A mitad del concierto apareció Gabito Ballesteros, recibido como un viejo amigo. Entre risas, humo y acordes, interpretaron un par de corridos antes de soltar la bomba: “Cuerno Azulado”. El rugido del público fue inmediato.


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“Se me abre el camino y no es que hable de brujos; santos son Iván Archivaldo en los botones; voten por Joaquín en las elecciones”, coreaba el público eufórico que, en cuanto escuchó la introducción del corrido, gritó, saltó y grabó el momento que llevaba pidiendo desde el inicio del concierto.

Natanael bailaba al ritmo de la música con el micrófono en una mano y su porro junto con un vaso rojo, tan rojo como sus ojos, en la otra mano. Las cámaras lo grababan y su imagen aparecía en las enormes pantallas.

Tras terminar “Cuerno Azulado”, el cantante lanzó una frase que resumió la esencia de la noche: “Aquí nos vale ver... la vida y arriba los corridos”.

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Pese a las restricciones en la entrada del evento —incluyendo revisiones y caninos entrenados para detectar drogas—, no se evitó que varios asistentes también encendieran su propio humo verde. Con gorras al estilo Natanael, los fans bailaban y se encendían más con cada narcocorrido.

El piso retumbó cuando el intérprete cantó “CH y la Pizza”. Con el escenario abarrotado, al que incluso muchos corrieron para obtener una mejor vista, los fans estallaron cantando: “En el gabacho se parte el queso pa’ la CH y la Pizza”. También corearon a todo pulmón: “El que puede, puede; JGL haciendo verdes”.

En el escenario se veía a Natanael con los ojos cada vez más cerrados. Sobre él descendía un “ángel negro” con gorra, y al fondo se observaban triángulos de fuego. Los juegos pirotécnicos comenzaron a lanzarse hasta el cielo mientras los fans, extasiados, gritaban: “¡Otra, otra!”. El artista los complació e interpretó tres corridos más.

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El show terminó con el corrido “Toro Encartado”, canción que originalmente cantaba Ariel Camacho, fallecido a los 22 años en un accidente automovilístico en 2015. “Que no te llene de plomo si nosotros somos narcotraficantes”, retumbó en el Autódromo Hermanos Rodríguez como despedida de Natanael Cano.

Aunque en la Ciudad de México no están prohibidos los narcocorridos, el cantante podría enfrentar una multa por apología del delito de acuerdo con el artículo 208 del Código Penal Federal. 

Nada ha detenido a Natanael Cano para seguir cantando, ni al público para clamar “¡Cuerno, cuerno, cuerno!” en cada presentación. 

Natanael critica directamente al gobierno por la prohibición de corridos: “Qué gobierno tan ridículo el de mi país.” “Primero es que nos digan qué cantar, luego qué vestir, qué escuchar, en qué trabajar… Así empiezan estos, hasta que se te meten a la cocina (…)” 

Entre humo verde Natanael desafía y critica al gobierno; el gobierno lo multa; el público lo ovaciona. Y en redes sociales, cada que “Cuerno Azulado” suena en vivo, los videos se viralizan como un acto de rebeldía. 

Por Andrea Velasco.