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Hungría: ¿cómo se desmanteló la democracia?

Hungría, bajo el liderazgo de Viktor Orban, se ha convertido en un caso de estudio. Orban, en su cuarto mandato consecutivo, ha desmantelado sistemáticamente los contrapesos democráticos, consolidando el poder en sí mismo y en su partido político. 

Este proceso gradual y estratégico, que fascina incluso a asesores de la administración Trump, revela una preocupante hoja de ruta para el autoritarismo moderno.

El primer objetivo de Orban al regresar al poder en 2010 fue la prensa. Andras Petho, periodista de investigación, explicó cómo se introdujo una ley para "rediseñar el sistema regulatorio de los medios". El gobierno aprobó rápidamente tratos comerciales para aliados de Orban que deseaban adquirir empresas de medios. Al mismo tiempo, purgaron a cualquier empleado de los medios públicos considerado "poco amistoso". Periodistas como Petho fueron forzados a salir de sus redacciones cuando estas cedieron a la influencia gubernamental, convirtiéndose en "sitios de propaganda".

Hoy, la prensa libre lucha por sobrevivir, imprimiéndose incluso fuera del país y enfrentando la negación de publicidad. Csaba Lukacs, director de Magyar Hang, dice que los periodistas "aún no serán encarcelados", pero "día a día nos acercamos" a la situación de Rusia o Turquía.

El control se extendió a las universidades. Orban forzó a instituciones extranjeras como la Universidad Centroeuropea (CEU) a trasladar sus programas de grado fuera de Budapest. Además, tomó el control de las universidades estatales nombrando rectores con amplia autoridad financiera, e "infringiendo la autonomía académica". 

Recientemente, Orban arremetió contra las libertades de reunión. En marzo, el parlamento aprobó una ley que prohíbe cualquier asamblea que "promueva la homosexualidad", justificándola como protección para los niños. Johanna Majercsik, portavoz del Budapest Pride, advierte que si logran prohibir una protesta pacífica, podrán "restringir cualquier otro evento pacífico" de otros grupos sociales. 

La oposición, sin embargo, ha respondido con protestas semanales en Budapest. Este enfoque escalonado exhibe cómo Orban "adapta su estrategia paso a paso" para mantenerse en el poder.