Caifanes hace del escenario un altar: crónica del homenaje a infancias, madres buscadoras, periodistas asesinados y cultura mexicana

Por Andrea Velasco

Caifanes cerró su gira por México el pasado 21 de diciembre con un concierto cargado de simbolismo, memoria y denuncia social.

La banda rindió homenaje a madres buscadoras, infancias, periodistas asesinados, medios de comunicación comprometidos con la verdad, pueblos originarios e incluso a los perritos en situación de calle. Caifanes convirtió el Palacio de los Deportes en el templo para recordar y exigir justicia por todos ellos y el público decidió acompañar su voz entre consignas y expectativa.

Desde la entrada, la escena era la de cualquier gran concierto: puestos improvisados ofrecían playeras, gorras, llaveros, pósters y bolsas. “Llévele, llévele, se van de a 100”, gritaban los vendedores. Afuera del recinto, la reventa de boletos oscilaba entre los 2 mil 500 pesos en las gradas más altas y hasta 3 mil 700 o 4 mil pesos frente al escenario.

Ya eran más de las 8 de la noche cuando Saúl Hernández apareció para dirigir las primeras palabras de la noche. Su mensaje fue claro y contundente: apoyo a las mujeres, a las madres buscadoras y una condena directa a los feminicidios. Tras su discurso, comenzó a sonar Viaje astral, mientras en las pantallas se proyectaban imágenes de madres buscadoras como Ceci Flores y de la escritora Elena Poniatowska.

Luego de varias melodías continuó con una crítica directa a los medios “oportunistas y mediocres” que, dijo, no dicen la verdad. En contraste, agradeció a los medios que “realmente buscan que sepamos lo que está pasando; una cosa es el amarillismo y otra cosa es la verdad”. También reconoció a las y los periodistas que han arriesgado su vida para informar a la sociedad. Tras sus palabras, la banda interpretó El comunicador.

Más adelante, Saúl Hernández dedicó un mensaje a las infancias: “Sueñen más de lo que los cuentos cuentan y nunca dejen de hacerlo”. Acto seguido, comenzó Ayer me dijo un ave, mientras en las pantallas aparecían imágenes de niñas y niños. El público acompañó la canción coreando: “Que abrace al miedo con tus sueños, que sea un guerrero de sangre para que nadie te haga daño”.

El ambiente cambió cuando sonaron Los dioses ocultos, Afuera, La negra Tomasa y Pachuco, esta última melodía original de La Maldita Vecindad. El recinto se transformó en una pista de baile colectiva; y el coro “préstame tu peine y péiname el alma” hizo vibrar el suelo del Palacio.

Durante Cuéntame tu vida, Caifanes rindió un homenaje a los perros en situación de calle. En las pantallas aparecieron imágenes de caninos abandonados mientras Saúl Hernández cantaba: “Dime si estoy vivo, si todavía respiro; veo perros que se arrastran al ladrar… esa angustia de tener seco el corazón”.

Eran las 10:17 de la noche cuando comenzó a sonar Afuera. La banda aprovechó el momento para rendir homenaje a la cultura mexicana, proyectando imágenes de danzantes de distintas regiones del país. Más adelante, el público recordó a Juan Gabriel con Te lo pido por favor.

Las pantallas también mostraron rostros del público: lágrimas, abrazos y miradas de reflexión acompañaron Antes de que nos olviden. Las imágenes incluyeron a periodistas asesinados, jóvenes marchando, madres buscadoras, la movilización del 2 de octubre del 68, a los normalistas de Ayotzinapa y ofrendas dedicadas a quienes ya no están.

Antes de despedirse, Saúl Hernández dirigió un último mensaje: “Te deseo un año sin miedo, sin mujeres asesinadas; un año con estabilidad económica, raza. Que el próximo año sea tu año, de prosperidad, productividad con espiritualidad y mucho amor. Que Dios te bendiga y feliz año”.

Desde 2022, Caifanes ha recorrido escenarios con esta gira, que cerró con un total de 233 conciertos en 205 ciudades y 12 países. A lo largo de cada presentación, la banda ha insistido en usar su música como un espacio de conciencia social, dando voz a luchas que muchas veces son ignoradas. No es la primera vez que reconocen a las madres buscadoras ni que protestan contra los feminicidios, como ocurrió en el Tecate Pal Norte, donde interpretaron Canción sin miedo de Vivir Quintana.