Cáncer en México: pocos diagnósticos, pero muchas muertes

El cáncer es la segunda causa de muerte a nivel mundial. Dado que muchos tipos de cáncer son prevenibles, además de que varios tienen altas tasas de supervivencia si se diagnostican en etapas tempranas, los países deben hacer el esfuerzo por reducir los factores de riesgo que aumentan su probabilidad (como el consumo de cigarro con el cáncer de pulmón, que es el más mortal a nivel mundial), así como para tener diagnósticos tempranos y tratamientos suficientes y adecuados para poder darles seguimiento pronto. 

Sin embargo, de acuerdo al reporte “Panorama de Salud 2025” de la OCDE, que evalúa indicadores del 2023, México tiene números que reflejan fallas en todo lo anterior.

México cuenta con uno de los números de incidencia de cáncer más bajos de la OCDE, mismo que se ha mantenido estable de 2017 a 2023. Mientras el promedio de la OCDE de nuevos diagnósticos de cáncer por cada cien mil habitantes fue de 291 en 2023, en México fue de 141, siendo el más bajo de los países miembros de la Organización. Sin embargo, esto no necesariamente significa que la población mexicana está más sana, y esto lo podemos ver con otros datos. 

Consecuente a los números de incidencia, los números de muertos por cáncer también son muy bajos en México y manteniéndose sin cambios relevantes de 2017 a 2023. Nuestro país tuvo en 2023 125 fallecimientos por cáncer por cada cien mil habitantes, mientras el promedio de la OCDE para ese mismo año fue de 191. 

Poner esos datos en contexto mutuamente nos permite ver una realidad más apremiante. Tomar los nuevos diagnósticos de cáncer de un año y las muertes por cáncer ese mismo año no nos da el porcentaje de supervivencia, ya que este se determina en periodos más largos de tiempo y en función del resultado de cada caso particular. Sin embargo, sí nos permite, al comparar con más años y otros países, ver qué tan efectivos pueden ser los diagnósticos y tratamientos de cáncer. 

Por ejemplo, Australia fue en 2017, 2019 y 2023 (no hay información del 2021) el país con mayor número de casos diagnosticados, con un promedio en esos periodos de 461 casos al año, muy por encima del promedio de la OCDE de 295 para ese mismo periodo. Sin embargo, cuando evaluamos a Australia en función de sus muertes anuales, el promedio de esos años fue de 184, mientras el promedio de la OCDE fue de 194.

Es decir, a pesar de que sus diagnósticos están muy por encima del promedio, la cantidad de muertes por cáncer están por debajo del mismo. Esto puede deberse a varias razones, como detección en etapas tempranas, los tipos de cáncer con mayor prevalencia (dado que hay tipos de cáncer más agresivos que otros) y al sistema de salud que otorga tratamiento. 

En cambio, si vemos México, a pesar de que la cantidad de casos nuevos es la más baja de este grupo de países, con un promedio de 141 casos al año de 2017 a 2023, sus fallecimientos anuales por cáncer por cada cien mil habitantes están muy cerca de ese número, con un promedio anual de 121. Podemos ejemplificar esto con la relación entre nuevos casos en 2023 y fallecimientos en 2023:

Estos números se mantienen sin diferencias considerables durante el periodo de 2017 a 2023 para Australia, la OCDE y México, por lo que nos permite ver una tendencia clara en la que México está fallando en el diagnóstico temprano del cáncer y/o en su tratamiento, lo cual podría contribuir a tasas de supervivencia bajas. 

Un ejemplo en la falta de diagnóstico es la disminución que ha habido en el porcentaje de mujeres de 40 a 69 años realizándose mastografías en México, que pasó de 45% en 2019 a 20% en 2023, mientras el promedio de la OCDE fue de 62% a 55%. 

El cáncer de mama es el cáncer con mayor incidencia entre las mujeres a nivel mundial; a pesar de que su tasa de supervivencia es muy alta si es detectado en etapas tempranas, fue la principal causa de muerte en México por cáncer en mujeres de más de 60 años para 2023, de acuerdo al INEGI. 

Los números en México reflejan lentitud en el diagnóstico de cáncer, así como un inadecuado acceso a tratamientos para los pacientes oncológicos. Una relación tan cercana, donde por cada diagnóstico nuevo de cáncer se tiene 1.1 muertes, refleja una tasa de supervivencia baja, a pesar de que muchos tipos de cáncer tienen buen pronóstico si son diagnosticados a tiempo y tratados oportuna y adecuadamente. 

Por ello, México debe trabajar no sólo en reducir los factores de riesgo del cáncer, sino también en medicina preventiva que permita su diagnóstico temprano, así como en mejorar los tiempos de espera y disponibilidad de tratamientos por todo el país, ya que muchos estados no cuentan con los recursos para atender ciertos casos y hay una gran centralización para estos tratamientos en la Ciudad de México, dificultando el tratamiento de personas con bajos recursos.