Generación Z, de la efervescencia al ‘desinfle’: una óptica de los estudiantes de la UNAM y la UAM
Miércoles, 3 de diciembre del 2025 a las 19:34
Por Arturo Madrigal
La incertidumbre, la falta de representación, la desorganización y el desinterés son algunos de los factores que hicieron que se desinflaran las convocatorias de la Generación Z, de acuerdo con los propios jóvenes.
Envozmx realizó un sondeo en universidades públicas de la Ciudad de México para conocer la opinión de los estudiantes sobre el movimiento convocado en redes sociales para exigir un México en paz, libre de inseguridad, violencia y corrupción, que tuvo su efervescencia el día 15 de noviembre y que terminó por difuminarse tan solo cinco días después.
El 20 de noviembre apenas asistieron cientos de personas a marchar a Paseo de la Reforma, mientras que en la UNAM nadie asistió a la manifestación que se convocó para ese mismo día. A dos semanas del fracaso de la segunda marcha algunos de los alumnos de la máxima casa de estudios dieron sus impresiones al respecto.
David estudia pedagogía en la Facultad de Estudios Superiores Aragón. Se enteró por Facebook de las convocatorias de la Generación Z, sin embargo no asistió a ninguna porque no tiene interés en participar en movimientos ni marchas de ningún tipo.
Considera que la comunidad universitaria no se identificó con la convocatoria del 20 por la incertidumbre que genera la cantidad de información que circula sobre la Generación Z y la poca claridad sobre lo que es el movimiento, qué busca y quiénes lo impulsan.
“Hay mucha contradicción también entre que si de verdad es un movimiento hecho por los jóvenes, que si hay cuestiones políticas involucradas, que si hay incluso cuestiones del extranjero que están influyendo, que si es un movimiento de desprestigio al gobierno y no como tal protestas por parte de los jóvenes”, detalla.
La UNAM fue uno de los puntos en los que se convocó a manifestación el jueves 20 de noviembre, sin embargo, nadie asistió.
Yari estudia en la facultad de Derecho. Le llegó información de la convocatoria del 20 pero decidió no asistir porque cree que el movimiento de la Generación Z terminó siendo politizado por la derecha mexicana para “pegar en la chaviza” e irse en contra del Gobierno.
“Desde la convocatoria se podía ver que no eran jóvenes, que eran personas mayores tratando de aparentar ser jóvenes, y aunque mucha gente sí iba con una causa no fue el foco, porque fue extraño que otras marchas como la de las 40 horas no estuvo tan motivada o televisada como una marcha de una Generación Z que ni siquiera fue tan grande como otras que ha habido”, opina.
Andrés tiene 18 años y estudia biología en la Facultad de Ciencias. Tiene poca información sobre lo que es la Generación Z y ni siquiera se enteró de la convocatoria del 20.
“Siento que haber ido no hubiera hecho nada al respecto, porque el Gobierno ignora cuando el pueblo le trata de decir algo, cuando quieren hacer marchas por movimientos que realmente afectan a gran parte de la población se ignora de todas maneras”, dice.
Daniel es estudiante de la Facultad de Ciencias. Se enteró por amigos del llamado del 20, pero no asistió porque no se siente atraído por los temas políticos. Sin embargo, expresa que siempre hay temas para mejorar.
“La seguridad, por ejemplo, que siempre es un tema a tocar y son cosas que siempre pueden faltar o no creo que llegue a sobrar la seguridad”, señala.
Rafael estudia Filosofía y Letras en la UNAM. Aunque ve cooptación del movimiento por intereses partidistas también ve en la Generación Z un fenómeno muy grande, con muchas aristas, puntos de vista y la participación de colectivos con causas genuinas. Por estos motivos percibe confusión y desorganización en las convocatorias.
“Como no hay protocolos, no hay alguien que esté organizando bien y hubo mucha información diversa por eso no hubo esa captación de gente (el día 20) como la que hubo en el Zócalo”, considera.
Los universitarios expresan sus opiniones.
En la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, la comunidad estudiantil también se abre a expresarse.
Brandon Medina es estudiante de Ciencias Políticas y no se siente representado por las convocatorias de la Generación Z.
Cree que el movimiento se desinfló porque la mayor parte de su generación no se identifica con ideales conservadores.
"En mi círculo cercano llegó información filtrada de que había movimientos partidarios que representaban a partidos políticos, específicamente al PAN, y la verdad no soy una persona que se identifique con movimientos de derecha. Por ese motivo no asistí”, dice.
Elizabeth es estudiante de Historia, y señala que a pesar de que la intención era buena, las convocatorias de la Generación Z fueron manipuladas por personajes que no pertenecen a dicha generación. Debido a esta razón no quiso sumarse al movimiento.
"Si hubieran sido puros chavitos de la Generación Z creo que hubiera estado muy bien porque es muy importante que como jóvenes nos interesemos y no solo en la del país sino en la política en general”, menciona.
Rodrigo Sánchez estudia Letras Hispánicas. Comulga con las causas y demandas de la Generación Z, pero no se identifica con el movimiento como tal.
"Creo que es una máscara de la derecha del país, encubierta por partidos políticos como el PAN y el PRI pero que está haciéndose pasar por la Generación Z supuestamente para destituir a Claudia con la justificación de la inseguridad que viven los jóvenes hoy en día y toda la situación del narcotráfico”, manifiesta.
El estudiante de Física, Érick García, opina que no encontró motivos para sumarse a las manifestaciones de la Generación Z. Percibe que las convocatorias son articuladas solamente para derrocar al gobierno actual y no para lograr cambios de fondo en el país.
"No es una causa que se pueda seguir. ¿Para qué atacar al gobierno actual? Lo que queremos todos es un gobierno diferente, no lo mismo de siempre”, expresa.
La marcha del 15 de noviembre dejó claro que existe un malestar extendido en distintos sectores de la sociedad mexicana. A pesar de que inicialmente fue una convocatoria para los jóvenes de la Generación Z, otros grupos vieron la oportunidad de exigir cambios, incluyendo a ciudadanos sin militancia de todas las edades. La inseguridad fue el punto de coincidencia y muchos también expresaron preocupación por el debilitamiento de la democracia.
Sin embargo, la segunda marcha de la Generación Z no tuvo el mismo poder de convocatoria que la anterior. Según la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la asistencia fue de apenas 150 a 200 personas.
Pese a este contraste las movilizaciones pusieron sobre la mesa algo nuevo. Hay jóvenes que están dispuestos a contrarrestar la narrativa de apatía política que se había construido sobre ellos. El reto para el gobierno y otros actores relevantes será escuchar e incluirlos en los procesos de toma de decisión del país.