Los olvidados del Paquete Contra la Inflación y la Carestía, Parte II: locatarios de mercados reportan caídas en ventas de hasta 80%

Por Arturo Madrigal

El Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) no salva a los mercados de la Ciudad de México. Factores como el clima, la inseguridad, los vendedores ambulantes y la falta de apoyo al campo impactan en sus precios y en las ventas, que en algunos locales han caído hasta 80%, según un sondeo realizado por Envozmx.

En una primera entrega, Envozmx consignó tras un recorrido hecho por algunos de los mercados más emblemáticos de la capital que en muchos locales ni siquiera tenían conocimiento del PACIC, refrendado el 18 de noviembre por la Presidenta Claudia Sheinbaum con empresas productoras y cadenas de autoservicio con el fin de dar certidumbre en precios esenciales y evitar picos puntuales en la canasta básica.

A dos semanas de la firma para renovar el PACIC la realidad en los mercados de la capital es distinta. Locatarios de los Mercados Martínez de la Torre, la Merced y Portales enfrentan dificultades que el programa gubernamental no contempla.

En el Mercado Martínez de la Torre, de la Colonia Guerrero, el señor Juan Carlos menciona que actualmente vive una de las peores rachas económicas en los 40 años que lleva trabajando en su local, ya que ha visto bajar sus ventas hasta 60% en los últimos meses debido a los altos precios.

“Se ve que no hay dinero. Antes venían por un kilo de jitomate, ahora te quieren pedir dos jitomates con una cebollita. Eso repercute en que no hay venta… ya no compran por kilo, ahora compran por pieza”, se queja.

El locatario lamenta la situación y pide apoyo para el campo y la producción nacional para mantener a flote la economía.

“Digamos que ella (Sheinbaum) no podría controlar el tiempo. El clima es impredecible, aquí todo ha subido por frío y helada, ella (Sheinbaum) podrá decir ‘lo voy a mantener a un precio’ pero si el producto escasea porque cayó helada ¿cómo le va a hacer?”, cuestiona.

Doña Rocío González resalta incluso que los precios aumentan “bárbaramente” desde que existe el PACIC, así como por los cierres de carreteras y la falta de apoyo al campo. La lechuga y el jitomate están entre los productos que más han subido.

“La lechuga que regularmente se da en 15, 20 pesos ahorita se está dando en 30, 35 hasta 40 pesos. Ha subido demasiado”, explica.

Debido a estos aumentos doña Rocío calcula que de un año a la fecha las ventas le han bajado hasta 80%. En los 30 años que lleva en el mercado, dice, esta es la peor etapa que ha visto en el establecimiento comercial.

“A pesar de que hay poca venta hemos tratado de sobrevivir. Yo creo que ni cuando fue la pandemia se vio tan tranquilo como ahorita, la verdad”, opina.

En el Mercado de la Merced, la señora Norma tiene 20 años trabajando en su local y se enteró del PACIC por la televisión, pero su negocio no siente los efectos de la estabilidad de los precios. El limón, la cebolla y el ajo están entre los productos que más han aumentado su costo, con alzas de cinco, tres y 10 pesos por kilo en una semana, respectivamente.

Por los incrementos calcula que sus ventas han bajado 50% desde “El Buen Fin” hasta la fecha.

“Baja mucho la venta. El consumidor si antes se llevaba 5 kilos ahora se lleva dos o un kilo. Lo básico nada más”, dice.

La señora Norma cree que la falta de apoyo a los productores agrícolas e incluso la inseguridad que viven los transportistas contribuyen a generar los aumentos. En ese sentido pide al Gobierno apoyo para los mercados.

“En vez de promocionar tanto a las cadenas de autoservicio creo que deberían promocionar más al mercado público, a lo que es todo fresco”, menciona.
Por su parte, don Gerardo cree que todo está “carísimo” debido a los paros de transportistas.

“El producto no llega a la Central de Abastos que es donde nosotros nos surtimos y eso es lo que hace que las cosas suban bastante, ahorita producto de la Central no hay y lo poco que hay quieren bien caro”, expresa.

Don Gerardo señala que en una semana vio aumentos de 100% en la cebolla.

“Si costaba a 10 el kilo o 12 la grande, ahora está en 25”, comenta.

Estima que debido a los aumentos sus ventas llegaron a bajar 30% en una semana.

“Todo mundo se queja de las bajas ventas. Por decir la verdura, oí que estaba la espinaca el manojo en 500 pesos, ¡imagínese!, todo lo que es verdura subió, a veces dicen que ya sale más cara la verdura que la carne”, cuenta.

El señor Javier Romero lleva 43 años trabajando en la Merced, y considera que el PACIC atenta contra la economía nacional.

“El Gobierno de esta señora (Sheinbaum) está provocando un monopolio o algo así por el estilo de que ellos quieren abarcar todo el comercio, todo el billete, y el pequeño empresario o los que trabajamos al día aquí nos perjudica como no tiene idea”, subraya.

De cinco años a la fecha sus ventas han bajado 50%, algo que atribuye a los aumentos, la falta de apoyo al campo, la inseguridad y los vendedores ambulantes, a los cuales calificó como competencia desleal.

“Si el Gobierno de verdad quisiera dar un apoyo al comerciante de la Merced nos ayudara y nos apoyara para acabar con tanta corrupción, tanta extorsión, tanto cobro de piso, eso es un crimen organizado el cual ya rebasó al Gobierno de México”, manifiesta.

La señora Alicia niega rotundamente que los efectos del PACIC se sientan en su negocio de verduras y en el mercado de la Merced.

“De plano no, es una variación tremenda aquí de precios”, afirma.

Los cambios en los costos han hecho que de cuatro meses a la fecha sus ventas hayan bajado 40% y espera que bajen aún más, por lo que llama a las autoridades a elaborar un plan que incluya a los mercados.

“Sinceramente siento que los programas del gobierno están muy mal planeados, deben de ser incluyentes, pero con algo que se vea, que se refleje en gente que tenga la confianza de venir al mercado, que tenga la confianza de que le va a alcanzar para comprar lo que necesita, que no se cerraran más negocios, al contrario, que se abrieran, que la gente tenga el acceso realmente a la canasta básica”, declara.

El señor Carlos Arellano dice que ha llegado a tener discusiones con los clientes de su local por los precios de los productos.

“Que el jitomate en Aurrerá lo compraron en 14 pesos cuando nosotros aquí en el Mercado de la Merced lo estamos dando en un aproximado de 20 pesos y nosotros le estamos ganando nada más 2 pesos por kilo”, expone.

Señala que con el alza de precios de un año a la fecha le han bajado las ventas hasta 50%. Comenta incluso que mucha mercancía se queda sin vender y la tiene que tirar porque se echa a perder.

“De 7 mil pesos que generábamos diario ahora estamos vendiendo 3 mil, 2 mil 500, no alcanza para mantener la escolaridad de mis hijas, la renta que tenemos en casa, igual el local que estamos rentando, no alcanza todo eso”, menciona.

En el Mercado de Portales, la señora Juana Hernández asegura que la competencia desleal que representa el ambulantaje y los aumentos han hecho caer sus ventas 50% de seis meses a la fecha. En 30 años que lleva en el mercado, dice, es una de las peores épocas que le ha tocado vivir como comerciante.

El tomate y las hierbas como la espinaca y el cilantro están entre los productos que más han aumentado.

La locataria solicita al Gobierno implementar un programa en el que tenga acuerdos con los agricultores para estabilizar los precios.

“La verdad pues el agricultor es uno de los más perjudicados, y últimamente nos perjudican a nosotros y luego la gente y las amas de casa, que son las que sienten estos incrementos”, dice.

En la capital hay 339 mercados públicos que son visitados por 7 millones de personas a la semana, según cifras de la Secretaría de Desarrollo Económico de la CDMX. Sin embargo, pese a su importancia en la economía local, comerciantes de estos espacios públicos se sienten ajenos al programa que trata de frenar el alza en los precios y ven lejanos sus beneficios.