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Ayotzinapa: entre promesas oficiales y el desencanto de las familias

La reunión de Claudia Sheinbaum con los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa volvió a poner en evidencia un abismo de percepciones. Mientras la presidenta presentó avances y prometió que su gobierno esclarecerá los hechos con un enfoque “científico y basado en evidencias”, los familiares salieron decepcionados, asegurando que fue “una reunión más”, sin respuestas ni resultados concretos.

Sheinbaum anunció que se buscará la participación de un nuevo grupo de expertos, probablemente de Naciones Unidas, para acompañar las investigaciones. Los padres, sin embargo, reclaman que se haya abandonado las líneas de indagación construidas durante diez años y exigen que regresen los especialistas del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), creado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con quienes habían establecido confianza. La mandataria quiere dar la impresión de que existe un acuerdo, pero las declaraciones de los familiares demuestran lo contrario.

Ésta es la tercera presidenta de la República, después de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, que no logra resolver el caso ni mantener una relación sólida con los familiares de los desaparecidos.

El reto para Sheinbaum es enorme. Si lograra conducir las investigaciones con transparencia y credibilidad, avanzando hacia la verdad y la justicia, no sólo aliviaría en parte el dolor de las familias, también consolidaría su imagen como una presidenta capaz de enfrentar las causas más urgentes del país.