Agencia Reforma
La compra y el abasto de medicamentos sigue fallando. El Laboratorio de Biológicos y Reactivos de México, Birmex, quedó corto otra vez en la compra consolidada de medicamentos 2025-2026. La Secretaría de Salud justificó el fallo con posibles actos de corrupción y sobreprecios en el proceso. El resultado es el mismo de los últimos años: licitaciones incompletas, retrasos y un sistema de salud que sigue sin garantizar medicinas a tiempo para los pacientes.
El problema no es nuevo. México arrastra más de un sexenio con fallas recurrentes en la compra de medicamentos. Desde el cambio de modelo de adquisiciones en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, las compras consolidadas han sido irregulares, con procesos cancelados, adjudicaciones de emergencia y promesas que no se cumplen. El discurso ha cambiado, pero el desabasto persiste.
Es correcto y necesario investigar los indicios de corrupción detectados. Nadie puede oponerse a que se persigan sobreprecios, colusión o irregularidades. Pero combatir la corrupción no puede ser pretexto para incumplir la responsabilidad básica del Estado: garantizar el acceso oportuno a medicamentos. Las dos responsabilidades no se contraponen. Se puede —y se debe— investigar la corrupción mientras se asegura el suministro.
Lo más grave es que el gobierno conoce el problema desde hace años. No se trata de una falla inesperada ni de un aprendizaje reciente. Después de años de errores, improvisación y cambios de modelo, la curva de aprendizaje ya debería haberse superado. Sin embargo, los resultados siguen siendo insuficientes, y quienes pagan el costo son los pacientes, especialmente los más vulnerables.
Si el Estado quiere demostrar que aprendió de sus errores, debe corregir el modelo, profesionalizar las compras y asegurar el abasto, al mismo tiempo que sanciona a quien haya cometido actos de corrupción. Después de más de un sexenio, ya no hay margen para seguir fallando.
