Cuidar la casa: el mensaje anticorrupción de Sheinbaum
En el evento por su primer año de gobierno en el Zócalo, la presidenta Claudia Sheinbaum envió un mensaje claro. Bajo su liderazgo, la corrupción no será tolerada ni en su gobierno ni en el movimiento de la 4T. En medio de recientes escándalos, Sheinbaum intenta salvaguardar la reputación de Morena y la autollamada Cuarta Transformación, pues sabe que su éxito se cimentó, en buena medida, en el hartazgo de millones de mexicanos frente a una élite política desconectada, ostentosa y marcada por el abuso del poder.
La presidenta entiende que uno de los mayores riesgos para la continuidad y credibilidad de su proyecto no viene de la oposición, sino de dentro. Cuidar la imagen de Morena es cuidar la legitimidad del gobierno que encabeza. Pero esa tarea no es sencilla, pues el movimiento se nutrió de políticos tradicionales y sus redes, con sus viejas prácticas, sus intereses y sus zonas grises.
Sheinbaum mandó un mensaje claro a sus correligionarios:
"En este México nuevo, la honestidad no es la excepción, es la regla; y quien traiciona al pueblo, quien robe al pueblo, enfrenta la justicia. El poder no es para enriquecerse; es para servir con humildad”.
Estas palabras son necesarias en un contexto en el que los casos y sospechas de corrupción en el movimiento son cada vez más palpables. Por mencionar los de los últimos tiempos, las afectaciones al erario por el huachicol fiscal se estiman en miles de millones de pesos y tocan a la Marina y autoridades aduanales; se señala al líder de los senadores de Morena, Adán Augusto López, por haber validado las actividades criminales de su entonces Secretario de Seguridad, Hernán Bermúdez, y se critica la vida ostentosa de diferentes integrantes del movimiento, incluidos Andrés Manuel López Beltrán, hijo de AMLO, y Sergio Gutiérrez Luna, Vicepresidente de la Cámara de Diputados.
La presidenta está decidida a cuidar la reputación de Morena porque es consciente de las consecuencias que puede tener que la imagen de su partido caiga de la gracia de sus seguidores. A pesar de que los necesita para garantizar la gobernabilidad e implementar su programa, sus compañeros de lucha y de partido son un obstáculo para cuidar el nombre de Morena.