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Desaparecidos “de parranda”: la insensibilidad sale gratis

Las recientes declaraciones de José Ramiro López Obrador, secretario de Gobierno de Tabasco y hermano del expresidente, no sólo son desafortunadas; son profundamente insensibles. Al afirmar ante el Congreso local que muchas personas reportadas como desaparecidas “andaban de parranda” y que, al regresar, ni siquiera avisan a la fiscalía, minimiza el dolor de miles de familias que viven la agonía de no saber nada de sus seres queridos.

En Tabasco, según el funcionario, hay 4,807 personas reportadas como no localizadas, de las cuales ya han sido encontradas 2,771. Sus palabras han generado indignación entre colectivos y familiares, porque simplifican una tragedia que es estructural, no anecdótica.

No sólo es preocupante lo que dijo, sino lo barato que políticamente resulta minimizar así una emergencia pública. Hace apenas algunos años, una declaración de ese calibre podía costar una carrera política. Ahí está uno de los casos más visibles, el escándalo del “Ya me cansé” del entonces fiscal Jesús Murillo Karam, que marcó su carrera y es hoy lo que más se recuerda del personaje. Ahora, declaraciones como las de José Ramiro López Obrador se convierten apenas en “nota de la semana” y luego el asunto se volatiliza.

La falta de consecuencias por una declaración insensible e irresponsable como ésta es un síntoma del panorama político actual. La responsabilidad política y pública se ha diluido en medio de un entorno polarizado donde casi todo está permitido.

Tal vez sea mucho pedir, pero esta desafortunada declaración podría ser la ocasión para exigir al secretario de gobierno de Tabasco que dé cuentas de las acciones del estado para atender la crisis de desapariciones.