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El costo político de mantener a Adán Augusto en Morena

El costo político de mantener a Adán Augusto en Morena 

Adán Augusto López es el hombre del momento y no por buenas razones. El coordinador de los senadores de Morena está en el ojo del huracán por señalamientos entre los que destaca, presuntamente, haber conocido las actividades criminales de Hernán Bermúdez cuando éste se desempeñaba simultáneamente como su secretario de seguridad en Tabasco y como líder del cártel La Barredora. El otro señalamiento importante que pesa sobre él tiene que ver con discrepancias entre su declaración patrimonial y los ingresos reportados al Senado en los últimos dos años.  

La mala reputación que ha consolidado el senador en las últimas semanas se está volviendo un tema explosivo para la presidenta Claudia Sheinbaum y para su partido político. 

El propio Adán Augusto ha intentado justificar su patrimonio como fruto de herencias y honorarios profesionales y ha negado haber conocido las actividades ilegales de su entonces secretario de seguridad. 

La pregunta para la presidenta y la 4T es qué tan alto será el costo político de sostenerlo como una de las figuras clave del movimiento. 

Para la presidenta Sheinbaum, mantenerlo a su lado significa arriesgar credibilidad y abrir flancos a la oposición, que no pierde oportunidad de señalar la contradicción entre el discurso oficial y los hechos. Desmarcarse, en cambio, tendría consecuencias hacia adentro, en un movimiento que aún mide sus lealtades y que tiene como uno de sus principales retos mantener la unidad interna. 

A esto se suman las voces que han señalado que las filtraciones y acusaciones provienen desde dentro de Morena, lo que no facilita las cosas para la presidenta. 

Cómo resuelva Morena el caso de Adán Augusto sentará un precedente sobre cómo el movimiento gestionará a perfiles incómodos, sea apartándolos, reduciendo su influencia o protegiéndolos.