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Los retos de Ernestina Godoy al frente de la FGR

La llegada de Ernestina Godoy al frente de la Fiscalía General de la República se da en un contexto de dudas sobre la autonomía de la FGR, pero también con la oportunidad de corregir el rumbo.

El primer desafío es reducir la impunidad estructural. En México, la mayoría de los homicidios, desapariciones y delitos graves no derivan en sentencias claras. Investigaciones deficientes, falta de peritajes forenses y casos archivados dejan a miles de víctimas sin justicia.

Es indispensable fortalecer capacidades técnicas con peritos suficientes, investigadores especializados y recursos adecuados. Éstas son condiciones básicas para esclarecer desde los crímenes más sencillos hasta los más complejos.

Otro de los retos importantes será abonar a la credibilidad de la FGR. La percepción ciudadana es que la justicia federal responde más a intereses políticos que a las víctimas. Para revertirlo, Godoy deberá garantizar investigaciones sólidas, acelerar la resolución de casos rezagados y trabajar con imparcialidad, incluso cuando los procesos involucren a figuras cercanas al poder.

Godoy tiene ante sí el desafío y la oportunidad de integrar una verdadera perspectiva de género a la FGR. México vive una crisis de violencia contra las mujeres que no puede atenderse con protocolos decorativos, sino con investigaciones serias que tomen en cuenta las particularidades de los delitos cometidos contra las mujeres y también de las mujeres que son investigadas, además de acompañamiento digno a las víctimas.

También tendrá que fortalecer la coordinación con el gabinete de seguridad y el Poder Judicial. Hoy, todo se encuentra bajo el control político de la 4T, lo que en teoría debería facilitar la acción conjunta, pero también representa un riesgo de concentración de poder. Su capacidad para actuar con independencia será clave para evitar abusos y para que la justicia no se utilice como herramienta política.