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Marcha del 14 de diciembre: ¿el ocaso del movimiento de la Generación Z?

La “Marcha del Silencio” de la Generación Z convocada para el 14 de diciembre fue una nueva expresión de descontento ciudadano, especialmente por la violencia y la inseguridad. En respuesta al evento masivo de la presidenta Sheinbaum del fin de semana anterior para marcar los siete años de la 4T en el poder, llamaron a la marcha “No hay nada que celebrar”. 

El movimiento, que surgió el último semestre de 2025 para visibilizar estas demandas, organizó para el domingo una protesta en la Ciudad de México, partiendo del Ángel de la Independencia rumbo al Zócalo. Pero esta tercera movilización tuvo muy baja asistencia. Las autoridades reportaron alrededor de 300 personas. 

La Generación Z había logrado captar atención con una manifestación multitudinaria el 15 de noviembre, en respuesta al asesinato del alcalde de Uruapan y en protesta contra la situación de violencia en el país. Esa vez reunieron a grupos disímiles, incluidos representantes del Movimiento del Sombrero, personal médico, familias y ciudadanos de todas las edades, no sólo de la Generación Z. Desde entonces, sin embargo, el movimiento no logró consolidarse. 

Las razones por las que se ha desinflado parecen diversas. A diferencia de otras movilizaciones juveniles en el mundo, la convocatoria en México no logró construir una narrativa clara y propia ni una identidad cohesionada. Las demandas eran diversas y, en muchos casos, difusas. 

Además, el traslado del movimiento hacia protestas mixtas —con presencia de adultos y consignas políticas variadas— diluyó su carácter juvenil y apartidista. Algunos participantes denunciaron la presencia de simpatizantes de partidos tradicionales con agendas distintas, lo que generó división interna sobre quién representaba realmente a esa generación de jóvenes. 

También la sombra de la violencia en las manifestaciones, provocada principalmente por el llamado “Bloque Negro”, y los enfrentamientos con policías pudo desalentar la participación de quienes buscaban protestar de forma pacífica. 

Hasta ahora, el movimiento de la Generación Z en México parece haber sido un instrumento para canalizar el malestar de distintos grupos sociales. Y nada más. Pero tampoco nada menos…