Agencia Reforma
En el escenario político mexicano actual, Movimiento Ciudadano se encuentra en una coyuntura clave. ¿Puede convertirse en una alternativa real al oficialismo o permanecerá en un espacio intermedio indeciso?
En MC ha insistido en mantener su independencia frente a las alianzas tradicionales del PAN y el PRI. El presidente del partido, Jorge Álvarez Máynez, ha dicho que proponen explorar diálogos con otros partidos —incluyendo al Partido del Trabajo— sin formalizar un pacto inmediato. Por su lado, la coordinadora de los diputados de MC, Ivonne Ortega, ha afirmado que el partido cuenta con cuadros propios suficientes para competir sin depender de aliados.
El partido tiene ante sí retos mayúsculos para transformarse en oposición de peso. El mayor de ellos es cómo crecer. Para lograrlo, tienen a su favor que no cargan con los negativos del PRI y de Morena, pero eso no basta para volverse una opción viable a los ojos de la ciudadanía. También será necesario que exploren las opciones para abrirse camino entre un sector de los actuales simpatizantes de Morena.
A favor, también tiene ser la única fuerza de oposición con un programa claro más allá de simplemente oponerse a la mayoría en el poder. El programa incluye superar la militarización en la seguridad pública y fortalecer a las policías locales, defender la jornada laboral de 40 horas y promover un sistema de cuidados.
En contra, Movimiento Ciudadano tiene un panorama político dominado por la 4T que deja poco espacio para las fuerzas de oposición. Otro elemento que el partido tendría que trabajar es el público objetivo al que se dirige, que en algunas elecciones ha parecido más o menos claro, pero que a veces se desdibuja con la publicidad fácil de lo fosfo-fosfo y las canciones pegadoras. Como un riesgo permanece el hecho de que el partido permanezca como el feudo de una persona, Dante Delgado, su fundador.
En el panorama político actual, el partido naranja es el único partido de oposición que parecería presentar una oferta articulada para la ciudadanía. Tiene ante sí, sin embargo, importantes retos a los que hacer frente para consolidarse como una oposición con verdadera influencia.
