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Plan Michoacán: ¿cómo evitar una escalada de violencia?

El despliegue de fuerzas federales en Michoacán como parte del Plan Michoacán ha sido evidente. Este fin de semana se detuvo a 12 personas y se realizaron operativos en varios municipios. El evento más importante fue la persecución de Ángel Chávez, alias “El Camaleón”, uno de los cabecillas del Cártel Jalisco Nueva Generación. El operativo dejó dos personas muertas y bloqueos con vehículos incendiados y otros hechos violentos en, cuando menos, 13 municipios de Michoacán.

La mayor presencia de fuerzas de seguridad suele interpretarse como avance, pero si no va acompañada de una estrategia para contener las reacciones violentas, puede derivar en una escalada peligrosa. La historia reciente lo demuestra, pues ya se han atravesado momentos en los que el crimen organizado busca presionar al gobierno mediante actos públicos de violencia, como narcobloqueos, narcomantas o incluso personas colgadas en vía pública.

Es fundamental que las autoridades contemplen como parte del Plan Michoacán una estrategia que evite que esta violencia se repita o aumente. No basta con la fuerza. Es indispensable anticipar las respuestas de los grupos criminales, proteger a la población y actuar con inteligencia operativa. 

El despliegue debe contemplar protocolos rápidos de contención, coordinación con autoridades locales y protección civil para minimizar daños a civiles. También es necesario acompañar los operativos con comunicación clara hacia la sociedad.

El Plan Michoacán puede ser una oportunidad para recuperar el control en la región, pero no debe convertirse en un detonante de violencia. Sólo dará resultados integrales si está respaldada por prevención, inteligencia y protección real a la ciudadanía.