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¿Qué pasa con la inflación y la canasta básica?

La inflación en México se ha moderado en los últimos meses. En octubre de 2025, el Índice Nacional de Precios al Consumidor anual fue de alrededor de 3.6%, una desaceleración desde meses previos.

A pesar de ello, los alimentos siguen siendo un tema sensible para los bolsillos, pues el índice de precios de alimentos mostró aumentos puntuales en productos como carne y lácteos, aunque los productos agropecuarios registraron moderación en algunos rubros. Esto explica que, pese a la caída de la inflación general, muchas familias sigan sintiendo presión en su gasto diario.

El gobierno renovó esta semana el Paquete contra la Inflación y la Carestía (conocido como Pacic), un acuerdo con productores y cadenas de autoservicio que mantiene una canasta básica de 24 productos en 910 pesos por seis meses más. La medida busca dar certidumbre en precios esenciales y evitar picos puntuales.

En alguna medida, el Pacic ayuda a contener precios de la canasta pactada en estos comercios y a bajar la percepción de inflación en productos clave, pero tiene límites. En primer lugar, se reduce a los precios en estas cadenas, como Walmart, Chedraui y Soriana, pero no contempla mercados, tiendas de abarrotes ni otras cadenas minoristas. Segundo, no combate factores estructurales, como costos de producción, cadenas de suministro y aranceles. Tercero, no resuelve aumentos fuera de la canasta. Además, los acuerdos podrían ocultar presiones en otros productos que no forman parte de la canasta para compensar los precios de los productos del programa.

La desaceleración es buena noticia, y el Pacic ofrece alivio puntual. Pero para que la inflación alimentaria deje de ser un dolor de cabeza, será necesario, al menos, combinar acuerdos de precio con apoyo al campo, políticas para reducir costos logísticos y vigilancia efectiva para que los compromisos se cumplan.