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Reforma a Ley Aduanera: agentes aduanales como chivo expiatorio

Este 7 de octubre, la Cámara de Diputados aprobó la reforma a la Ley Aduanera impulsada desde Presidencia como parte de la estrategia contra el huachicol fiscal y la corrupción en las aduanas. 

Uno de los puntos más polémicos es que ahora los agentes aduanales asumirán responsabilidad solidaria por las operaciones que tramiten para las empresas importadoras. Se eliminan las causas excluyentes de responsabilidad que les protegían y se les imponen nuevas obligaciones, multas y controles. También se endurecen los requisitos para obtener o renovar patentes, que pasarán a tener vigencia de hasta 20 años prorrogables. 

La justificación oficial es que esta reforma busca “limpiar” las cadenas aduanales y prevenir fugas fiscales multimillonarias. El problema es que esta reforma pone una carga excesiva de responsabilidad y sanciones sobre la figura del agente aduanal. De esta manera, el discurso oficial encuentra una figura fuera del aparato gubernamental a la cual responsabilizar de la corrupción y vicios de las aduanas en el país. En otras palabras, se usa a los agentes aduanales como chivos expiatorios cuando el problema es estructural y excede por mucho las responsabilidades de estos profesionales.

Combatir la corrupción requiere más que trasladar responsabilidades hacia el eslabón más visible del comercio exterior. Es necesario fortalecer los mecanismos internos de supervisión en aduanas, profesionalizar fiscalías y poner en marcha políticas efectivas de prevención de la corrupción y sanciones. Estas medidas incluyen a la Marina, a quien se le ha confiado responsabilidades aduanales que, en principio, no tendría por qué desempeñar y que, además, ha demostrado que no es inmune a la corrupción con los casos de huachicol fiscal.