Disminución de homicidios o incremento de desaparecidos: ¿quién miente?
Viernes, 10 de octubre del 2025 a las 18:34
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El Gobierno Federal anunció una reducción del 32% en los homicidios dolosos durante su primer año de gestión. La cifra oficial pasó de 86.9 a 59.5 asesinatos diarios entre septiembre de 2024 y septiembre de 2025. El oficialismo argumenta que este dato, reportado por las fiscalías estatales, demuestra que la nueva estrategia de seguridad, basada en el fortalecimiento de la Guardia Nacional y la atención a las causas, está funcionando.
Diversas voces celebraron que el cambio en la política pública lograra una disminución evitando que el país llegara a cifras proyectadas de más de 500,000 muertes, un desastre heredado de administraciones anteriores. Además, señalaron la hipocresía de la oposición, cuyos estados (como Guanajuato, Chihuahua y Jalisco) muestran reducciones significativas al trabajar con la Federación, lo que, irónicamente, los haría cómplices de una supuesta manipulación de datos.
Sin embargo, la oposición, analistas y académicos han desestimado el anuncio, catalogándolo como un “autoengaño” o maquillaje de cifras. El principal señalamiento es que, mientras los homicidios dolosos caen, otros indicadores de violencia se disparan.
Se argumenta que la disminución de asesinatos se correlaciona directamente con el aumento de personas desaparecidas, una práctica conocida como "homicidio con ocultamiento de cadáver". Este patrón ya fue observado en la Ciudad de México bajo la misma administración, donde las desapariciones se multiplicaron por trece.
Desapariciones y homicidios CDMX
Los críticos afirman que el gobierno utiliza diversas tácticas para manipular las estadísticas, incluyendo el uso de bases de datos distintas (Secretariado vs. INEGI) y la reclasificación de muertes a delitos menos mediáticos, como homicidios culposos. Esta manipulación se produce mientras el sentimiento de inseguridad entre la población ha crecido, y mientras el país atraviesa el periodo de siete años más violento de su historia.
La polémica se centra en que la obsesión por reducir el homicidio doloso ha creado un “fetiche” que ignora una crisis más profunda: la de las desapariciones, que es igual o más preocupante y afecta gravemente al tejido social. La oposición califica de "ruin" y desafortunado que se insinúe que los desaparecidos son homicidios, mientras las madres buscadoras continúan buscando restos en fosas clandestinas.