Dice la presidenta Sheinbaum que es “ruin” poner bajo lupa el desempeño de los gobernadores en preparación y respuesta a las fuertes lluvias de los últimos días. Se han registrado al menos 65 muertes, 64 desaparecidos y más de 100 mil viviendas afectadas.
“Es ruin esta búsqueda de culpables, este zopiloteo de algunos conductores, periodistas, comentócratas y algunos medios… Yo creo que todo ser humano, si tiene un poco de corazón… lo que busca es apoyar. Pero esta idea de: ‘vamos a buscar qué no hizo el gobernador de Querétaro’. ¿Qué fue lo que le faltó a la gobernadora de Veracruz?”
La presidenta Sheinbaum pierde de vista que cuestionar la actuación de los poderes del Estado es una parte fundamental del quehacer periodístico. Más aún, es una de sus responsabilidades y una de sus razones de ser. El periodismo sirve para informar a la población de asuntos de interés general, y eso incluye las decisiones de los gobernantes. En el mismo sentido, los medios eligen temas que consideran relevantes y los someten a análisis para beneficio del público. Por si alguien lo había olvidado, ese ejercicio se llama libertad de expresión y libertad de prensa y ambos son derechos sin los cuales no se entiende la democracia.
Eso es precisamente lo que distintos periodistas y medios han hecho en los últimos días: evaluar si los gobernantes han respondido bien a la crisis y si han tomado las decisiones adecuadas de prevención y protección civil para preparar sus territorios para desastres como el que estamos viviendo.
Acusar de ruindad al escrutinio del poder es una actitud antidemocrática, especialmente cuando viene del poder. En los últimos años, se ha visto en el mundo una escalada en los ataques contra la prensa libre desde diferentes frentes, pero uno de los más preocupantes es el del poder político. Personajes como Donald Trump, Jair Bolsonaro, Viktor Órban y Andrés Manuel López Obrador han estado a la cabeza de estas estrategias en sus países para desacreditar a la prensa crítica. El objetivo de este ataque constante es el de desprestigiar a los medios de comunicación para desacreditar la información que publican y romper así el vínculo de confianza que pueden tener con su público. De esta manera, la única verdad es la que ellos construyen desde sus discursos, conferencias y redes sociales.
¿Querrá Claudia Sheinbaum formar parte de esta deshonrosa lista?